Pararse ante una obra de arte invita a pensar en razones, en el por qué, en los orígenes y todas las asociaciones que la imaginación habilite. Es así que el nombre Kawallu para esta serie escultórica, es uno de los posibles caminos de relaciones. El caballo llegado en barcos fue adoptado por las nuevas tierras y recibió un nombre en lengua nativa. Durante siglos aportó transporte o fuerza para el trabajo; con significativa participación en las guerras, en el la economía y hasta en la diversión. En la poética de la imagen el caballo posee armonía, fuertes formas, briosa seducción y encanto. Néstor Vildoza recrea expresivamente con sus metales los atributos del caballo e invita a la exploración de la de formas complejas  y cargadas de carácter que posee cada obra. La propuesta escultórica transita por la seducción y la fuerza del movimiento, hasta la simplicidad de las formas que pueden transportar a los juegos de la infancia. 

​

Las Esculturas de Néstor abren una puerta a la curiosidad y desde la rigidez del metal logra la permanencia del movimiento. Kawallu es la síntesis de la apropiación cultural del animal, que pervive hasta nuestros días y la lírica escultórica.